Muy influenciado por el amor de su padre por los hot rods, Wally Elder de St. Louis, Missouri, nació con un amor por los autos, pero no por cualquier automóvil. Su padre, Cliff, construyó un Ford de 1936 que apareció en la revista Hot Rod en 1958. Criado en él desde el primer día, no fue una sorpresa que él también lograra la grandeza en el ámbito automotriz. Cuando tenía poco más de 20 años, construyó un Dodge Challenger morado con rayas blancas que también recibió algo de prensa. Con ese tipo de impulso, la pasión y el ojo creativo de Wally lo llevaron a abrir Custom Auto Works en 1988.
Wally se propuso construir un Daytona; solo que tendría un chasis hecho a mano, un motor más grande y actualizaciones modernas. Entonces, con la ayuda de su esposa Mary Arnold y sus amigos Brian Raymond, Anthony Flores y Bill Richie, el equipo se embarcó en lo que se convirtió en una búsqueda de seis años para construir el Pro Street ’69 Daytona definitivo.